Complexión atlética y muchos deseos de triunfar. Hilary Swank no ha recibido, de gratis, ni uno solo de los éxitos que han ido jalonando su carrera. Y, a pesar de su juventud, ya son muchos. Sin ir más lejos, su quiniela de éxitos aparece sin mácula. Dos nominaciones al Globo de Oro, dos nominaciones al Oscar, y cuatro premios de los gordos en su residencia. Dos películas hicieron que su cotización subiera como la espuma: Boy’s don’t Cry (1999) y la obra magistral de Clint Eastwood, Million Dollar Baby (2004). Pero antes de todo este éxito, refrendado por el público y la crítica, Hilary Swank ya tenía una historia que contar.
Érase una vez una niña de Nebraska que, sobre todas las cosas, amaba actuar. La primera vez que se subió sobre un escenario con maneras de estrella fue a los nueve años de edad, cuando se convirtió, sobre las tablas del teatro de su escuela, en Mowgli, uno de los protagonistas de El libro de la Selva. Por aquel entonces estudiaba en Bellingham… y competía, porque representó a su colegio en unas Olimpiadas Juveniles interestatales, celebradas en Washington, como avezada nadadora y gimnasta. Sin embargo, Suzy Sachs, una productora con gran olfato para detectar estrellas, la descubrió, la retiró de las pistas de atletismo, y comenzó a trabajar con ella para crear su propia ruta, camino del éxito, en formato de celuloide.
A los dieciséis años, ya se tomaba esto de la interpretación como un trabajo profesional, en el que invertía toda su energía y dedicación. Su incursión en la gran pantalla no llegaría hasta 1992, cuando protagonizó la comedia infantil Buffy, el cazavampiros. Poco después, pudo lucirse no sólo como actriz, sino como atleta muy capaz, en El Nuevo Karate Kid.
El amor le llegó de la mano del también actor Chad Lowe. con quien se casó el 28 de septiembre de 1997. Y aunque siempre se rumoreó que el matrimonio vivía en una permanente crisis, Hilary Swank dedicó su segundo Oscar a su marido con unas más que cariñosas palabras: “Quiero comenzar dando gracias a mi marido porque me gustaría pensar que he aprendido de mis errors pasados. Chad, lo eres todo para mí. Gracias por tu apoyo. Para mí, tú eres mi mundo”. Sin embargo, a pesar de la lucha de la actriz por mantener su matrimonio –de ocho años– en pie, solicitaron finalmente el divorcio, en enero de 2006 y lo obtuvieron en mayo del mismo año. Para olvidar tanto desamor (la actriz había permanecido junto a Chad Lowe desde los dieciocho años), Hilary Swank emprendió una cruzada a favor del trabajo infatigable. Y a los datos nos remitimos: la actriz se embarcó en cuatro proyectos en menos de un año y medio.
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