Farrah Fawcett sex symbol de los 70

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Su melena dorada y ojos azules, su sonrisa perfecta y ese bañador rojo con el encandiló a millones de seguidores en todo el mundo convirtieron a una de tres detectives con más glamour de la televisión con Los Ángeles de Charlie en el sex symbol por excelencia de los años 70.

Con esa belleza innata logró ya en el instituto que fuera elegida la mujer más bella del estado de Texas. Pese a que se licenció en Microbiología por la Universidad de Texas, sus pasos se encaminaron a la moda. A los 21 años se convirtio en modelo e hizo anuncios de televisión -especialmente populares fueron los anuncios de champú-. En 1973 se casó con el actor Lee Majors y tres años después el magnate de la televisión Aaron Spelling le dio el papel de su vida: Jill Monroe en Los Ángeles de Charlie. Tras su separación en 1979, se unió sentimentalmente al también actor Ryan O’Neal, el gran amor de su vida y de su unión nació su hijo Redmond en 1985. Fawcett y Ryan vivieron una historia de amor intermitente desde los años 80 hasta el final de sus días.

No han sido fáciles estos años para Farrah, a quien sus problemas laborales al no encontrar trabajo como actriz se unieron a los personales, con varias separaciones: Lee Majors, Ryan O’Neal después de diecisiete años de unión, con quien años más tarde se reconciliaría, y el productor James Orr, y una lucha desenfrenada por ayudar a su único hijo, Redmond, a mantenerse alejado de las drogas. Pero lo que Farrah Fawcett demostró en vida es que fue una mujer que no se rindió nunca ante las adversidades de la vida y luchó hasta el último día con el coraje y la valentía de una mujer de bandera.

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